Me culpan de ser un rebelde pero no lo justifican:
En las circunstancias en que me encuentro en este momento podría definir particularmente mi propio significado de rebeldía, pues concedo en aceptar que por falta de REVELDES contamos con una institución apaciguada a recibir los azotes de un mal trato por parte de sus dirigentes principales y más aun por los gobernantes. REVELDIA: el fenómeno del humano rebelde aparece en distintas manifestaciones en esta época en que vivimos, el verdadero rebelde no es el desadaptado social, que hace el mal justificándolo al fracaso de su vida y culpando a alguien, el rebelde original es aquel que se revela ante los ojos del mundo en protesta a la intolerancia, a la falta de de gente capaz de tomar decisiones consientes que no permitan el desmedro de la integridad de nadie, este rebelde tan decidido a ser escuchado es quien se lanza a las dificultades, al escarnio de sus allegados, permite ser juzgado injustamente y ante este golpe permanece firme en sus convicciones, la luz de su conciencia es blanca pero llena de emociones significativas. Sus detractores son su empuje a encontrar el más alto grado de satisfacción, porque sus logros enfurecen al débil de espíritu, al incompetente, al ignorante y ciego que desperdicia su vida en profanar la del otro buscando un éxito fallido. No es posible comparar la rebeldía de un adolecente, un niño a la de un hombre que no enumera sus propósitos por defender lo que es justo. Hagamos pues de nuestra alma un elemento rebelde ante los males mas significativos de la humanidad, seamos siempre competentes y asumamos con mayor fuerza que la que usan nuestros enemigos para pisotearnos la defensa de nuestra propia convicción.
En las circunstancias en que me encuentro en este momento podría definir particularmente mi propio significado de rebeldía, pues concedo en aceptar que por falta de REVELDES contamos con una institución apaciguada a recibir los azotes de un mal trato por parte de sus dirigentes principales y más aun por los gobernantes. REVELDIA: el fenómeno del humano rebelde aparece en distintas manifestaciones en esta época en que vivimos, el verdadero rebelde no es el desadaptado social, que hace el mal justificándolo al fracaso de su vida y culpando a alguien, el rebelde original es aquel que se revela ante los ojos del mundo en protesta a la intolerancia, a la falta de de gente capaz de tomar decisiones consientes que no permitan el desmedro de la integridad de nadie, este rebelde tan decidido a ser escuchado es quien se lanza a las dificultades, al escarnio de sus allegados, permite ser juzgado injustamente y ante este golpe permanece firme en sus convicciones, la luz de su conciencia es blanca pero llena de emociones significativas. Sus detractores son su empuje a encontrar el más alto grado de satisfacción, porque sus logros enfurecen al débil de espíritu, al incompetente, al ignorante y ciego que desperdicia su vida en profanar la del otro buscando un éxito fallido. No es posible comparar la rebeldía de un adolecente, un niño a la de un hombre que no enumera sus propósitos por defender lo que es justo. Hagamos pues de nuestra alma un elemento rebelde ante los males mas significativos de la humanidad, seamos siempre competentes y asumamos con mayor fuerza que la que usan nuestros enemigos para pisotearnos la defensa de nuestra propia convicción.